Seguir sembrando

05/02/2024

Autor : Compás Urbano
Personajes de Antioquia
Delio Álvarez en la vereda La Loma
Delio Álvarez en la vereda La Loma

¿Qué se necesita para recobrar la esperanza en el territorio? Delio Álvarez, líder comunitario de la vereda la Loma en el corregimiento San Cristóbal, ha demostrado que lo principal es el carisma, la honestidad y las ganas de resurgir en medio de la adversidad. Este hombre de “cincuenta y pico de años” vive enamorado de la ruralidad y de la gente del sector Bellavista parte baja, más conocido como El Cañón, donde ha vivido toda su vida.

Durante muchos años trabajó en electricidad y construcción, hasta que una bala perdida de la Operación Orión, una acción militar urbana llevada a cabo en la comuna 13 en el 2002, impactó en una de sus piernas mientras estaba sentado en la puerta de su casa. Después de quedar en situación de discapacidad no pudo volver a conseguir trabajo, por lo que se dedicó a la labor comunitaria.

Vive fascinado con ese lugar que lo vio nacer, la tierra de sus abuelos y sus padres. Por eso, en la época en que muchas personas de la vereda tuvieron que irse desplazadas debido al conflicto entre “los combos”, él se negó porque tenía una vaca que estaba a punto de parir y no iba a abandonar el lugar donde sus padres “levantaron su casa con tanto sacrificio y con tanto amor”.

Aunque desde la Junta de Acción Comunal ha trabajado en proyectos de salud y deporte, su pasión son las huertas. Por tal motivo, cada que alguien lo invita a sembrar responde con un “sí” de inmediato. Para él, dedicarse a ello es honrar a sus predecesores, todos trabajadores de la tierra. “Nosotros venimos de descendencia campesina y estas tradiciones son hereditarias. No las puede olvidar uno. Si yo me muero mañana, sé que cualquier sobrino que yo tenga acá va a continuar con la huerta”, manifiesta mientras mira la ciudad desde el patio de su “ranchito”, como él lo llama. Y a pesar de que nota el desinterés de los más jóvenes en lo relacionado con el campo, su idea es continuar con el legado hasta donde pueda.

Lo que más le gusta de la vereda es la tranquilidad, la pureza del aire y que el único sonido que se escucha es el de los pájaros. Dice que a pesar de que tiene que hacer muchas vueltas en el centro de Medellín, va de entrada por salida porque no le gusta el ruido.

Para Delio, que recibe el nombre de su abuelo materno, la cultura de La Loma le ha permitido a su gente, a su gran familia, no enfrascarse en el pasado doloroso y volver a creer en el territorio. Por eso, su historia es la de alguien que sueña con seguir sembrando hortalizas, pero también solidaridad y oportunidades en su entorno. 

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