El Oriente de Antioquia es un territorio de montañas fuertes y altas que se abren paso entre nacimientos de agua y cultivos de flores y agrícolas. Páramos y cascadas acompañan el florecimiento de una vida cultural poderosa y simbólica. Artes y oficios tradicionales sobreviven al paso del tiempo, y las nuevas tendencias se fusionan creando experiencias gastronómicas y culturales novedosas y con mucho potencial para el turismo.