¿Qué hacer en Santa Rosa de Osos?

10/10/2024

Autor : Al Compás de Antioquia
¿Qué hacer ?

Ese otro que también me habita,

acaso propietario, invasor quizás o exiliado en este cuerpo ajeno o de ambos,

ese otro a quien temo e ignoro, felino o ángel,

ese otro que está solo siempre que estoy solo, ave o demonio

esa sombra de piedra que ha crecido en mi adentro y en mi afuera,

eco o palabra, esa voz que responde cuando me preguntan algo,

el dueño de mi embrollo, el pesimista y el melancólico y el inmotivadamente alegre,

ese otro,

también te ama.

El texto es de Darío Jaramillo Agudelo, y lo encontramos rubricado con su firma en una de las paredes de El Portal de la Capilla, restaurante y café. Don Gabriel, su propietario, es una de las personas que más ha trabajado por dinamizar la escena cultural del municipio y por visibilizar el arte; en las paredes del restaurante encontramos exposiciones pictóricas permanentes, en buena parte de pintores santarrosanos; son ya 120 en 23 años. Los habitantes lo reconocen como uno de los mejores tertuliaderos.

A tan solo unos pasos, en un segundo piso encontramos un espacio pequeñito con paredes también acariciadas por las letras. “Era una llama al viento, y el viento la apagó”. Esta vez el protagonista es Porfirio Barba Jacob, quien cierra así su poema “Futuro”. El lugar es el Café Don Germán, entrañable espacio que inmediatamente evoca una sensación de ternura. Sus sillas de colores están pintadas de paisajes antioqueños. Además de café, podemos disfrutar de otras bebidas frías como sodas saborizadas y variedad de repostería artesanal.

El Rosedal es una típica cafetería de pueblo, ideal para iniciar los días apreciando la cotidianidad de sus habitantes al calor de un buñuelo caliente con jugo de naranja. Desde primera hora de la mañana los locales vienen vestidos con sus ruanas y sombreros a tomarse un café, también los niños que van al colegio llegan con sus madres a surtirse de una parvita para el camino.

Mucho más nuevo y moderno en su estilo, decorado con mucho gusto,  Bariloche Café Bar tiene buenas y variadas opciones de cafés en diferentes presentaciones. Es un espacio íntimo y acogedor donde compartir también una cerveza o copa de vino con amigos.  

También vale la pena visitar con amigos El Café de Jema, aunque, valga decirlo, ir sólo tampoco es un drama; con la amplia variedad de cafés y cervezas artesanales entre las que elegir, tenemos entretenimiento de sobra.

Un mundo aparte es El Mojicón, no sólo por estar un poco más retirado del Parque Principal, centro neurálgico del casco urbano (aunque se llega en menos de 10 minutos caminando), sino porque es un lugar “fuera de serie”. A la buena música siempre presente y la nutrida colección de objetos, muchos de ellos evocativos de las artes y oficios típicos antioqueños, se suma la presencia de Don Julio, su dueño, hombre afable y conversador, archivo vivo de historias, querido por todos.

¿Para comer? Los Contenedores, sin duda. Sr Marisco, Coffe Vintage Bar, Creativo (Sushi), La Papería (Papas con todo, patacones, desgranados), Guadalupe (Cubanos y burritos), Genaro´s Pizza… aquí encontramos todas estas opciones y más en un espacio colorido y muy agradable donde cada local es un contenedor. No podemos irnos sin probar una de las deliciosas aguas saborizadas micheladas del Coffe Vintage Bar. Especialmente recomendadas las de liche y la de mango biche.

A las afueras del pueblo encontramos el icónico Parador de Santa Rosa. Lo recomendamos especialmente por dos productos indivisibles del imaginario santarrosano: el chorizo y el pandequeso, que no podemos irnos sin probar.

El grupo de artistas plásticos adscritos a la Unidad Cultural Marco Tobón Mejía han realizado varios murales escultóricos de gran belleza, siendo su obra cumbre el de 30 metros de largo que podemos encontrar en las paredes exteriores del Coliseo, una oda a la alegría y al color que nos habla de tiempos precolombinos. No es raro encontrarlos con sus overoles con manchas de pintura y absortos en su tarea, la mirada fija en la pared, la convicción intacta a pesar de la dificultad de aunar recursos para el arte, aunque siempre prestos a distraerse un momento para dar un saludo o en una buena conversación con quien pasé por allí.

A poco menos de 20 minutos en carro encontramos el corregimiento de Hoyorrico, cuyo centro histórico perfectamente conservado parece detenido en el tiempo. Sus calles adoquinadas y sus fachadas llenas de color son un deleite para la vista. Aquí se esconde un rincón mágico, el Vivero Palma de Cera, un proyecto que nace en el año 2000 con el objetivo de preservar el árbol emblema de Colombia. También en Hoyorrico encontramos Donde Jando, espacio campestre decorado con una colección de motos y bicicletas, y otros objetos como cuadros y posters alusivos a esta temática, que le dan un toque de anticuario al aire libre. Abre los fines de semana, ideal para picar algo y tomarse un café o una aguapanela mientras se disfruta de una hermosa vista de las montañas alrededor.

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