El Museo de Arte Religioso alberga el número más grande de piezas museales de esta temática en el país, entre las que encontramos la mayor colección de trajes de ceremonial religioso y una sala dedicada a la antigua catedral. En un espacio aledaño encontramos además la Sala Rómulo Carvajal Quintero, un homenaje a este escultor antioqueño que vivió y falleció en Sonsón.
Por su parte, el Museo Folclórico Casa de los Abuelos está dividido en tres ejes temáticos: la recreación de la vida doméstica tradicional; la historia empresarial, con la sala dedicada a la imprenta del periódico, la tienda de fotografía (donde aún se conversan las fotos de los que no pagaban, que se exponían en la calle para escarnio público), la barbería, la escuelita y la tienda (con música de fonda); y finalmente, la Sala Arqueológica, que exhibe una colección de más de 3000 piezas que cuentan la historia de las comunidades aborígenes que habitaron este territorio.
También hacen parte de la Red el Museo Fiestas del Maíz, la Sala Homenaje a la Prensa Sonsoneña, el Museo Casa de la Cultura Roberto Jaramillo Arango, y la Ciudadela Educativa – Museo Pablo Jaramillo, ceramista y dibujante sonsoneño, cuya obra se puede apreciar en la señalización de varios espacios en el municipio. Recientemente se ha anexado a la Red el ya mencionado Hotel El Tesoro, que en su interior alberga una colección de miles de piezas que cuentan la historia sonsoneña, distribuidas en secciones con nombres tan evocativos como “el rincón que marcó a todo un pueblo”, “el rincón de chupacobres” o “el rincón de la abuela”.
Las fraguas son talleres donde se forjan o trabajan los metales. En Sonsón, el término se utiliza para denominar los talleres donde se producen herraduras en hierro forjado de manera artesanal, uno de los oficios más antiguos del municipio, donde hoy encontramos todavía más de 40 talleres. La Fragua los Castro es uno de los más famosos, y padre e hijo reciben al visitante para enseñarle todo el proceso con gran devoción.
Productos sonsoneños ofrece una vitrina a diferentes productos autóctonos del municipio junto a los suyos propios. Aquí encontramos el delicioso queso sonsoneño, la gelatina de pata “Los secretos de la abuela” y los productos a base de miel de abejas como polen e hidromiel de Pecoreos. También el famoso “bocado de arriero” o los “palitos de arriero”, sabores de antaño a base de miel de caña que Don Nelson Valencia, su propietario, ha logrado recuperar para darles una nueva vida.
El higo ha sido un símbolo en la historia agrícola del municipio, aunque cada vez más en desaparición por la llegada del aguacate. Cultivado en el Corregimiento Alto de Sabanas, aquí encontramos varias fincas donde es posible conocer el proceso de siembra y cosecha del nopal, y un paisaje que se tiñe bellísimo en toda su extensión del verde de la planta y el rojo y amarillo del fruto. Al fondo, una cadena montañosa se revela aparentemente infinita, pero en algún punto no muy lejano está el Páramo de Sonsón. Para acercarnos solo un poco sin intervenir ni afectar esta fuente de vida, podemos subir hasta el Mirador del Páramo, haciendo por supuesto una parada en ruta para probar las arepas rellenas de queso y bocadillo de Delicias del Páramo. En el mirador encontramos un Cristo de gran envergadura y una hermosa vista donde, en días despejados, se puede observar a lo lejos el Río Magdalena, recordándonos que hasta allí se extiende esta tierra de fundadores.
En términos gastronómicos, la oferta contemporánea es todavía limitada, pero van apareciendo nuevos espacios como Zona Gourmet, restaurante de pastas, ensaladas, carnes, mariscos y vinos; La Cocoa Café Bar, un espacio moderno y acogedor que toma su nombre de un personaje pintoresco y querido del pueblo, Doña Dioselina, conocida como “La Cocoa”, donde encontramos opciones mejicanas, de parrilla y ricos cocteles y preparaciones de café. Para un café conversado, recomendamos Café Savalo, un espacio agradable donde cuentan también con buenas opciones de postres y repostería.
Como es mucho lo que hay que ver, recomendamos pasar la noche en el municipio, que cuenta con alojamientos como Maravilla Hotel Boutique, casa antigua de propiedad familiar que conserva su encanto, con un patio interior muy bonito, decoración cuidada y muy buena atención; el Hotel Gio, moderno, luminosos y acogedor, también con una magnífica atención; y, por supuesto, el mencionado Hotel El Tesoro, que además de comodidad y muy buena atención ofrece la experiencia de alojarse en un museo.