En 1734, Ignacio Castañeda y su esposa, Javiera Londoño, llegaron al territorio que hoy conocemos como El Retiro para explotar sus abundantes minas de cuarzo. Según los historiadores, en la pronunciación de la época comenzó a cambiarse la C por la G, de tal manera que el término “guarzo” terminó por imponerse y por nombrar a su población: Guarceños.
El 11 de octubre de 1766, siguiendo instrucciones póstumas de su esposo, doña Javiera firmó un testamento que declaraba la libertad a 140 esclavos y les cedía la más productiva de las minas que tenían en la zona. Por eso a El Retiro se le conoce como la “Cuna de la Libertad”, pues fue esta la primera liberación de esclavos de la que se tiene constancia en toda América.
Ha llovido ya bastante desde entonces, pero de aquel suceso histórico toman su nombre las famosas Fiestas de los Negritos, las más representativas del municipio y una de las más concurridas en todo el departamento de Antioquia, celebradas todos los años los últimos días de diciembre. Estas son un recordatorio de una característica que, al parecer, ha permanecido en El Retiro a lo largo de los años, por no decir de los siglos: estar a la vanguardia.
Lo estuvo, por ejemplo, cuando llegó hace más de un siglo la ebanistería, esa rama de la carpintería orientada a la fabricación de muebles donde, en general, se utilizan las maderas llamadas finas y exóticas. A día de hoy, hay aquí más de 100 talleres de muebles y pareciera ser que el carácter delicado y exquisito de este oficio ha contagiado a nuevos emprendedores que llegan para ofrecer atractivas y novedosas propuestas culturales y artísticas.
El café que se produce en la zona sur del Municipio es considerado por los expertos como café de alta calidad y ya se encuentra en el mercado nacional. Actualmente, El Retiro le apuesta a la transformación del café apoyando y capacitando a los caficultores de las veredas para que sean ellos mismos quiénes tuesten el grano, creen su marca y le den ese valor agregado a su trabajo. Hoy en día encontramos más de 25 emprendedores que exhiben y venden sus cafés en el mercado campesino y en distintas tiendas del municipio.
Y no podemos olvidarnos de su carácter musical, que encuentra su máxima representación en las famosas retretas, celebradas el primer sábado de cada mes, donde la Banda Sinfónica y otros invitados de ocasión se visten de gala para convertir el Parque Municipal en un salón de baile.